es curioso como sale la corona ocn un reflejo dorado, siendo plateada. es un efecto de la foto o alguna vez fue dorada??
Dos coronas iguales pero diferentes. Tened en cuenta que como esta corona hay dos, una la tine la sevillana Hermadad de La Paz en plata de ley en su color sin tener esmaltes. Y la otra corona la tiene la Hermandad de la Vera Cruz de Sanlucar la Mayor en plata de ley sobredorada donde si hay dos esmaltes. Saludos.
Re: Dos coronas iguales pero diferentes. se te olvida decir que la de sanlucar es copia de la de la paz
Corona de la Virgen del Perpetuo Socorro. Hermandad del Perdón. Jerez de la Frontera. Es una obra de 1985 realizada a dos caras en plata de ley, sobredorada y con piedras de aguamarinas por la Orfebrería Mallol de Sevilla, según adaptación barroca de la corona que luce la imagen pictórica bizantina de la misma advocación, incluyendo dos arcángeles en la ráfaga a los lados del escudo de la Hermandad, atributos y demás inscripciones. En ella, el Niño Jesús está asustado por la aparición de los arcángeles Miguel y Gabriel que le muestran los instrumentos de la Pasión. Foto e información: José A. Álvarez Barea - Semana Santa de Jerez
Corona de Madre de Dios de la Misericordia. Hermandad del Transporte. Jerez de la Frontera. Manuel Seco Velasco reformó la Corona (que fue comprada en 1956 por 3.250 pesetas a la Hermandad de la Amargura de la capital hispalense, costando la reforma y dorado de Seco Velasco, 1.500 pesetas). Foto e información: José A. Álvarez Barea - Semana Santa de Jerez
Corona de la Virgen de las Angustias. Hermandad de las Angustias. Jerez de la Frontera. De plata de ley, maciza, cincelada y repujada con dos caras idénticas sobredoradas del siglo XVII ó XVIII. Queda definida por un aro de perfil cóncavo decorado por acantos repujados, enmarcado por dos filetes lisos, sobre el que arranca el canasto, calado y de perfil abombado, decorado por motivos repujados y cincelados en gran resalte, entre los que destacan roleos, tallos terminados en flores cerradas y abiertas y acantos. En el centro del canasto dos ángeles tenantes sostienen el emblema de la Hermandad, un corazón atravesado por siete puñales, sobre el que se alza un jarrón con tres azucenas, uno de los motivos iconográficos asociados a la gloria de María. Toda la composición está realizada con una gran precisión en el dibujo, que responde a un esquema simétrico que la dota de una gran claridad a pesar de la multiplicación y exhuberancia de los elementos decorativos y de la carnosidad de la técnica. Sobre el canasto se entrecruzan tres imperiales, de perfiles sinuosos compuestos por cartelas conformadas por acantos, en las que se inscriben cabezas de serafines enfrentadas; en la intersección de los imperiales una flor cuatripétala de gran resalte. Rodea el canasto una espléndida ráfaga compuesta por una media luna, a manera de diadema, realizada en una gruesa chapa de oro repujada y cincelada por sus dos caras, adornada por roleos y capullos de flores sobre fondo punteado, rodeada por diez rayos flameados que alternan con nueve rayos lisos terminados en estrellas, entre los que se disponen veinte rayos más cortos rematados por cabezas de serafines. En el centro de la diadema, dos ángeles tenantes de modelado rotundo, dispuestos simétricamente en un contraposto muy forzado, sostienen el corazón atravesado por cuchillos. La pieza evidencia la mano de un gran maestro. Podemos atribuir la labra de esta obra al platero jerezano Juan Laureano de Pina. Se fundamenta esta atribución, aunque se carece de prueba documental o de punzones que ratifiquen su autoría, en el tratamiento del repertorio ornamental, especialmente en la configuración morfológica de angelotes y serafines, así como en el singular repujado de los motivos vegetales. La concepción de la obra, sinuosa en sus perfiles, exhuberante en su exorno, pero dotada de una claridad y una simetría compositiva admirables, avalan - con las lógicas reservas - esta atribución. Podríamos incluso situar la fecha aproximada de esta corona entre 1660 y 1675, aproximadamente Foto e información: José A. Álvarez Barea - Semana Santa de Jerez
Corona de la Virgen del Socorro. Hermandad del Cristo de la Viga. Jerez de la Frontera. La corona, de plata sobredorada, es obra de Manuel Seco Velasco, realizada en 1972. Es corona cerrada, de canasto bajo y ráfaga muy tupida; en el centro del canasto, dentro de una medalla, está el escudo de la Hermandad, en la ráfaga hay otras dos medallas, de oro, con las imágenes de la Virgen de la Merced, Patrona de la Ciudad, y la Virgen de Consolación, Copatrona. Es de las pocas en Jerez que conservan el perímetro entero del canasto y la cruz se inserta en éste. Foto e información: José A. Álvarez Barea - Semana Santa de Jerez
Corona de la Virgen de la O. Hermandad de la Defensión. Jerez de la Frontera. La corona es obra de los talleres de la Viuda de Villarreal. Es de plata de ley. En el frente del canasto hay una capilla que acoge a una preciosa Inmaculada. Del canasto salen tres imperiales y entre ellos unos angelitos, que al igual que la Inmaculada no están sobredorados. Tampoco lo están las alas de los querubines que hay en la ráfaga, y las cabezas son de marfil. Foto e información: José A. Álvarez Barea - Semana Santa de Jerez
Corona de la Virgen del Desconsuelo. Hermandad de los Judíos de San Mateo. Jerez de la Frontera. La corona de la Virgen, de plata repujada con adornos de oro, es característica por las ráfagas amplias y largas, con imperiales, o sea, corona cerrada; fue diseñada y labrada también por Manuel Gabella Baeza en 1947 y donada por D. Ignacio de Soto Domec. Foto e información: José A. Álvarez Barea - Semana Santa de Jerez
Corona de Madre de Dios del Patrocinio. Hermandad de Santa Marta. Jerez de la Frontera. La corona es cerrada, con imperiales. El canasto está dividido en ocho partes por unos balaustres muy elaborados. Cada parte termina en un arco trilobulado y en el centro hay un gran cabujón de color verde. Los rayos, de la ráfaga, son cortos y muy apiñados, y las estrellas quedan tan despegadas que dan sensación de que están revoloteando alrededor de la cabeza de la Virgen. Es obra de los talleres de Villarreal, de Sevilla y está realizada en plata sobredorada. En la Semana Santa del 2001 salió ya restaurada esta corona, trabajo realizado en los talleres de Orfebrería San Francisco, de Sanlúcar. Foto e información: José A. Álvarez Barea - Semana Santa de Jerez
Corona de la Virgend e los Dolores. Hermandad de las Tres Caídas. Jerez de la Frontera. La corona, de "canasto", de los talleres de la Viuda de Villarreal, fue realizada en 1969, en plata sobredorada y marfil, recreando el autor en el canasto el perfil y la estructura de los modelos barrocos más tempranos, fechados en la primera mitad del siglo XVII. Es corona abierta. El canasto está decorado con elementos vegetales. Sustituye los imperiales por tres guirnaldas que penden de la ráfaga hacia el interior del canasto, e incluye el motivo de dos ángeles tenantes, pulcramente tallados en marfil, que sostienen el escudo de la Hermandad en el centro de la ráfaga. También son de marfil los querubines de donde arrancan los haces de los rayos. Foto e información: José A. Álvarez Barea - Semana Santa de Jerez
Corona de la Virgen de la Amargura. Hermandad de la Amargura. Jerez de la Frontera. La corona de salida, hecha en los talleres de Viuda de Villareal, es del año 1966. Es de plata, sobredorada. El canasto tiene aspecto de tiara por ser muy alto y los imperiales casi planos. Estos nacen de unas pilastras que están cubiertas de piedras azules. Entre las pilastras hay una gran profusión de hojas de acanto, y el motivo principal es un medallón o una gran flor de cuatro pétalos. La ráfaga tiene un dibujo menudo, profuso, muy transparente, y los rayos no se rematan con estrellas, sino con unas flamígeras perillas. La imagen luce en el camarín una corona de plata sobredorada que diseñó y repujó en el año 1945 Manuel Rodríguez Pérez. Cuando el Taller de Viuda de Villarreal labró en el año 1966 una nueva corona siguió las pautas que marcó Rodríguez, pues el tamaño y la ráfaga le habían dado ya una silueta muy característica a la Virgen de la Amargura. La nueva corona, la del año 66, sólo se diferencia en pequeños detalles del canasto, y que la ráfaga está trabajada a dos caras. Foto e información: José A. Álvarez Barea - Semana Santa de Jerez
Corona de la Virgen de las Lágrimas. Hermandad de la Vera+Cruz. Jerez de la Frontera. La Virgen suele llevar una corona de plata. Posee otra corona, de plata de ley dorada, fue labrada por Lorenzo Jimenez Rueda en el año 1972 y el Relicario de plata por Manuel Seco Velasco, con la Reliquia del Beato Cardenal Marcelo Espinosa. Foto e información: José A. Álvarez Barea - Semana Santa de Jerez
Corona de la Virgen del Buen Fin. Hermandad de la Lanzada. Jerez de la Frontera. Foto: José A. Álvarez Barea - Semana Santa de Jerez
Corona de la Virgen de la Confortación. Hermandad del Huerto. Jerez de la Frontera. La corona de procesionar es de plata de ley sobredorada. El canasto es bastante bajo y arranca de un aro voluminoso, un toro con hojas de acanto cinceladas en diagonal. El canasto por su altura, decoración y distribución de los elementos vegetales parece mas una nobiliaria que sacra. La ráfaga es casi plana por la parte superior. Tiene una franja con unas eses que quedan enlazadas por cabezas de angelitos. De esta franja salen los rayos, unas púas rectas sin gracia ni trabajo alguno que se alternan con unos preciosos roleos de donde surgen las estrellas. Se remata con una gran cruz que está recubierta de piedras semipreciosas. Estas piedras, con distintos colores y tamaños, también están en la ráfaga y en el canasto. Se compró en Sevilla en el año 1945, sin que haya constancia de su autor. Foto e información: José A. Álvarez Barea - Semana Santa de Jerez