Las joyas en el vestir de nuestras imágenes

Sin duda, una de las joyas más reconocibles de la Esperanza, aunque conviene aclarar algunos aspectos sobre ellas. Su composición exacta no se conoce con certeza, aunque lo más probable es que estén formadas por cuarzos verdes y diamantes, montados sobre una base de oro blanco. En sus orígenes, estas joyas no eran móviles como las conocemos hoy; eran piezas fijas. Existen fotografías antiguas que muestran cómo, en aquellos primeros tiempos, se prendían al pecherín de la imagen mediante agujones, muy cerca de los ropajes. Fue en Sevilla donde, años más tarde, se les incorporó movimiento. Para ello, se les añadieron unos pequeños muelles que lograban separarlas unos centímetros de los encajes, permitiendo que se balancearan ligeramente. De este modo las piedras parecían flotar, multiplicando su brillo y centelleo. No se sabe con exactitud en qué momento se hizo esta modificación aunque por las fotografías que se conservan debió ser entre los últimos años de la década de los 30 y los primeros años de los 40.

 

Dudo que sean brillantes por el engarce tienen. Aunque en piezas no es así, también dependiendo del tipo de corte, que el engarce no sea calado me hace sospechar que sean también de vidrio.

 

En el libro publicado por Almuzara sobre este tema, se señala que, al menos inicialmente, sí parecen serlo. Aunque no hay nada concreto.

 

Lo que no entiendo cómo es posible que no se sepa qué tipo de piedras y calidad las componen y si se sabe cómo es el resto del joyero (conocido) de Ella y del resto de imágenes, cómo se ha ido desgranando en este hilo.

 

La principal hipótesis es que sea una pieza de alta bisutería.

 

Sí, es la que más he escuchado a lo largo de las años, pero ¿por qué la hermandad no ofrece una información detallada de las piezas en vez jugar la misterio?

 

Al tratarse de una pieza tan icónica y dada la discreción con la que la hermandad ha abordado siempre este asunto, resulta difícil plantear una hipótesis con cierto grado de certeza. Además, no estamos ante elementos como pulseras, broches u otras joyas que, como hemos ido analizando, fueron incorporados al ajuar de la Virgen en épocas relativamente recientes. Hablamos, en cambio, de la joya más representativa que porta la Virgen, cuya adquisición por parte de Joselito se remonta a más de un siglo, con miles de dudas sobre el cómo, el cuándo y el dónde se desarrolló la misma. De hecho hay varios expertos en la materia que exponen que quizás las mariquillas que luce la Virgen cada Madrugada no son las originales, sino una copia de las mismas.

 

Nuestra Señora de los Clarines, patrona de Beas (Huelva). Vestida por Joaquín Gómez para su novena y romería, con gran profusión de joyas.

 

«El tiempo ha dado armonía y sentido litúrgico al atavismo pagano. Todo está bautizado y ungido por el aire fino y el rocío sevillanos. Lo excesivo, hay que entenderlo nada más que en su origen temperamental, y como una consecuencia, no como una expresión litúrgica. Es que ni el corazón ni los nervios ―al fin lo mismo― se frenan cuando un sentimiento los hiere bajo la línea meridiana de Sevilla, y se cree que el dolor redentor de la sangre de Jesús y las lágrimas de María se pagan con ese oro de desagravio y penitencia, costoso por el afán, pero grato a un sentido suntuario de la vida.

Y si vierais como se ha acervado y acendrado ese oro… Es tributo de los humildes, es recolección de anónimas devociones que solo una sabia y abnegada administración ha podido llevar con paciencia año tras año, a lo que intrínseca y económicamente representan un manto, una saya, un palio, una corona. Al ver unos de esos mantos suntuosos, se diría que es voto de un conquistador que quiso lavar la sangre con oro votivo. Al ver una corona se diría que era ofrenda de un emperador. No. Es, miligramo a miligramo, oro fundido con oraciones, es ofrenda de pueblo, de anónimo y humildad.

Otras imágenes tienen fundaciones reales, rentas para su culto, donaciones espléndidas que acaso lleven el humano orgullo de un nombre. En todo el tesoro procesional de las imágenes sevillanas, hay solo anónimo. Si encontráis un nombre, sea el universal y excelso de Sevilla. Ella, con sus generaciones, prolongándose en fervor, es la única dueña de ese tesoro, que podéis fijar en cuantos millones queráis si pesáis el oro, pero, que jamás se fijará en su valor emocional y religioso, ni en su valor artístico. Algo había de haber en el mundo que no tuviera precio.»

Exégesis profana de la Semana Santa de Sevilla (1943). Manuel Sánchez del Arco

 

Porque quizás si no se juega al misterio y se sabe realmente qué tipo de piezas son, se caería un mito para muchos, ya que es probable que la joya icónica de la Virgen sea bisutería o de “poca” calidad. Es más interesante pensar que son esmeraldas y brillantes.

Entiendo que ese misterio se lo han dado todas las juntas desde entonces y que pensarían y piensan así, pero vamos, por muy de bisutería que fuesen, al menos a mí no se me cae un mito. La imagen de la Esperanza “no se entiende” sin ellas.

 

Lo que he oído al respecto de especialistas en restauración de piezas de joyería cofrade es que por el tipo de engarce de las piedras, apunta a bisutería. Cuando se trabaja con materiales nobles, las cogidas de las piedras suelen ser diferentes, pero claro, el problema está en la inaccesibilidad. Lo que han visto ha sido siempre por fotos o por exposiciones, ya que la hermandad no deja estudiar las piezas, y como tampoco queda claro si exponen las auténticas o copias, tampoco pueden hacer un juicio justo.
En Jerez siempre ha circulado la historia de que son de bisutería a raíz de las réplicas que se hicieron para Paz en su Mayor Aflicción.
La historia es la siguiente. Hace bastantes décadas la hermandad de la Coronación de Jerez se enfrentó a un profundo proceso de sevillanización por parte de los hermanos jóvenes de la corporación, muchos de ellos antiguos estudiantes en la capital, que se enfrentaron a los mayores para transformar la hermandad y darle un corte sevillano, más de moda.
Uno de esos hermanos destacados de la hermandad era Fernando Cano-Romero Méndez, jerezano de nacimiento, residente en Sevilla y miembro destacado de la Hermandad de la Macarena. Fue pregonero en 2011, si mal no recuerdo.
Pues bien. En la hermandad se encapricharon con hacer unas mariquillas para la Virgen. Y la historia que se cuenta es que Fernando Cano cogió una muestra, se la llevó a Jerez y se la llevaron al joyero de confianza de la hermandad para que la estudiase e hiciese una copia exacta.
Luego, lógicamente, se la llevó de vuelta.
Cuando el joyero la analizó, informó a los hermanos que aquello era bisutería, muy buena, pero no era de material noble. Copió el diseño, e hizo unas mariquillas iguales para Paz en su MAyor Aflicción, pero a diferencia de la que vieron, la realizó en materiales nobles y cristales de París. Si la historia fuese cierta, tampoco sabemos si pudo coger una original o una posible copia.


Desconozco la veracidad de la historia, pero efectivamente, las de esta Dolorosa sí son de material noble y las piezas van engastadas como joyería y han sido estudiadas.

 

Exacto. Las de la Paz son buenas

 

Pienso igual que tú y aunque no sean de materiales nobles no tiene importancia, seguirán siendo un icono de la Virgen.

 

Pues la hermandad de la Macarena,si es cierto lo que se cuenta aquí, ha quedado a la altura del betún. En una hermandad sería no se le dejaría a nadie copiar el diseño de una pieza emblemática por muy hermano influyente que sea. Y no se dejaría estudiar la pieza a ningún joyero, a no ser para emitir un informe sobre la pieza publicado por la propia hermandad. La impresión que da es que la hermandad de la Macarena funciona como un cortijo.

 

Con los ojos actuales debería ser así. Hace 50 años o más, lo que había era mucho compadreo.

 

Perdona, pero he debido entender mal. Tú mismo has escrito, o al menos yo lo he entendido así, que este señor que clonó las piezas fue pregonero en 2011. Luego entiendo que no es alguien que fuese influyente hace 50 o más años , sino en época más reciente.

 

88 años. Pudo hacerlo perfectamente cuando tenía 30 años. Incluso en los 80 se daban estos casos.

 

No obstante, aunque creo que ya lo puse por aquí, está la conferencia que dieron los joyeros de El Oribe sobre las joyas de las imágenes en la Hermandad de la Yedra. En el turno de preguntas salió esta historia también. Vamos, que no es cosa mía, de igual manera que también se cita que los diseños de insignias también fueron llevados a Jerez para La Lanzada. La conferencia es interesante, y se puede ampliar información en el libro que publicaron en editorial Almuzara. El punto concreto del vídeo es 1:17.30

 

Corona de oro de la Virgen de la Caridad, patrona de Sanlúcar de Barrameda. Pieza singular por su importancia, fue el regalo de la corona de oro para su octava y salida por el regidor de la ciudad e ilustrado historiador Juan Pedro Velázquez Gaztelu en agosto de 1756, en agradecimiento por su protección. La escritura de donación se realizó ante el escribano público de la ciudad Juan José Mateo el día 2, por su especial devoción y los favores recibidos en su viaje de ida y vuelta a Cartagena de Indias en 1755, en la fragata que llevaba su nombre. De oro de 20 quilates, con un peso de 12 onzas y media, estaba enriquecida con 84 esmeraldas de diferentes tamaños, sumando un peso de 24 quilates, por lo que fue valorada en más de 500 pesos escudos. Fue enriquecida en 1965, para la coronación canónica de la Virgen de la Caridad, por el platero cordobés José María González del Campo, que incorporó piezas antiguas del joyero. Fijó su peso en 556 gramos de oro, con 82 esmeraldas finas, 130 brillantes, 179 diamantes, 1 zafiro grande y 2 perlitas finas, incorporándosele igualmente un petillo con tembleques en la parte superior.