Ayer vi la segunda y tercera parte de la Trilogía del Baztan. Nos dejó con sensación de que se le podía haber sacado un poquito más de jugo a la trama.
El martes vi Animales Fantásticos 3: Los secretos de Dumbledore. Es la que más me ha gustado de la saga AF, básicamente porque se centran en Dumbledore, en general esta saga no me llama mucho la atención.
Ayer vi Dr. Strange 2, sin duda mucho mejor que la primera. Me gustó y me entretuvo. Lo de Marvel hilando es pura fantasía hubo escenas de auténtico hype. Fui al cine sin saber absolutamente nada de la peli y sin comerme ningún spoiler. Spoiler La última escena es un guiño de Sam Raimi a Posesión Infernal y OJO a la segunda escena post créditos porque nos desvela que el actor del vendedor del puesto de perritos es nada más y nada menos que Ash, el prota de Evil Dead.
Spoiler La peli está repleta de guiños a poseción infernal, desde el propio Bruce Campbell con esas escenas de slapstick comedy al estilo de terroríficamente muertos como el uso de la cámara subjetiva para ver como wanda acecha a sus otros yo para poseerlos, toda esa instroducción en el género zombie... la escena en que despierta el Dr Strange zombie, la mezcla de comedia con terror... Los tópicos de cine de terror, notas el toque de Sam Raimi desde el principio pero sin fliparse, está repleta de guiños pero sigue siendo un producto de estudio.
Vale, aunque hablamos en su momento de ella, hoy por fin he visto ¡Dolores, guapa!. Tengo que decir que a mí me ha encantado y que considero que se ha ganado de sobra todos los reconocimientos que ha obtenido, pero antes de hacer una revisión más profunda sí hay algo que me parece importante: quien vaya a verla y quiera disfrutarla, que se olvide de sus prejuicios y su estereotipos, y si no está dispuesto, mi consejo es que se quede en casa. Dicho esto, al lío. Spoiler ¡Dolores, guapa! se centra en la relación de las personas del colectivo LGTB y las cofradías. No es un documental ni una película sobre cofradías, como pueden ser Parasceve o Semana Santa de Sevilla, de Gutiérrez Aragón; sino una película en la que las cofradías tienen un papel fundamental, pero lo relevante, lo que da sentido a la película, son las personas que participan en ella. Se narran sus vivencias, sus sentimientos, su forma de vivir y de sentir las cofradías y la Semana Santa y la evolución que han tenido a nivel social y dentro de la misma fiesta. Aunque se puedan encontrar los tópicos más esperados, no forman parte de la narrativa, sino que son, algunos meramente anecdóticos y otros, una parte de la vida misma de los protagonistas narrada con naturalidad y sin aspavientos. Vamos a ver desde creyentes dentro de la más estricta ortodoxia católica a agnósticos que mantienen una relación sentimental y devocional con las imágenes que forman parte de su acervo y su historia personal, con todo el rango intermedio posible. La película, sin pretensión reivindicativa, habla de la realidad vital, emocional y social de gente que vive dentro de un entorno en el que, a priori, no deberían encajar y del que, sin embargo, forman una parte consustancial e indisoluble. Desde la devoción y la fe más convencionales al esteticismo puro, la obra va mostrando todas las formas de acercarse y vivir la Semana Santa que tien y ha tenido el colectivo LGTB, con sus luces y sus sombras, aunando sensibilidad, realismo, crítica y humor. A partir del testimonio introductorio, que permite construir una base histórica sobre la figura del homosexual en Andalucía y su evolución y que al final acaba actuando casi como hilo conductor y vertebrando todo el documental, se muestran sensibilidades diversas, dándonos la oportunidad de acercarnos y aprender de una realidad que muchas veces, por comodidad o por ignorancia, acabamos reduciendo a tópicos y lugares comunes sin entender la realidad humana que hay detrás. Si Parasceve mostraba la cara humana de la Semana Santa frente a la apuesta por la estética de Gutiérrez Aragón, ¡Dolores, guapa! hace algo parecido frente a la visión tradicional y homogeneizada del colectivo, dando visiones y testimonios personales que permiten construir una vivencia más general de cómo se vive el mundo cofrade desde el mismo, bastante más interesante y enriquecedora. Por último, a nivel técnico que nadie espere un virtuosismo ni una estética medida, la cosa no va de eso, si no de la historia que se cuenta y, sobre todo, de aquellos que la cuentan. Creo que la película realiza un magnífico trabajo documental sobre una realidad estereotipada, denigrada y ninguneada y se abre a una reflexión sincera, profunda y emotiva sobre el amplísimo abanico que constituyen las auténticas vivencias cofrades de las personas LGTB y animo a aquellos que quieran ampliar horizontes y superar sus prejuicios a verla y disfrutarla.
No sabía en qué hilo poner esto, pero bueno ahí va. Ayer vi el nuevo monólogo de Ricky Gervais llamado Supernature. Bestial, brutal, divertidísimo, puro Gervais. A quien le guste Gervais, que no se lo pierda.