Actualidad Opinión

Las marchas procesionales en la Semana Santa de Sevilla de 2022 (I)

Ahora que está a punto de finalizar el año, uno de nuestros foreros «Verde Esperanza» ha culminado un completo análisis sobre las marchas procesionales de la pasada Semana Santa, que a continuación exponemos.

Introducción

La música que acompaña a los pasos de la Semana Grande sevillana no suele ser un tema recurrente a la hora de hacer los balances y las crónicas que analizan y desglosan las jornadas procesionales, más centradas en horarios, incidentes o curiosidades varias. Por regla general, las apariciones de la música procesional en la conocida como “prensa morada” suelen resumirse a análisis sucintos, rankings meramente cuantitativos de las marchas que suenan en la Plaza de la Campana y a algún que otro comentario burlesco o gratuitamente peyorativo de quien escribe los artículos de opinión. Afortunadamente para el lector, las palabras que podrán leer a continuación pretender estar lo más alejadas posible de tales intenciones. 

Con el propósito de ofrecer una información novedosa y de interés, les traemos un breve estudio de la música procesional interpretada por las bandas de música de la Semana Santa de Sevilla.

Información general

Aunque a mediados de abril lamentáramos la suspensión de las Estaciones de Penitencia de una docena de Hermandades del Lunes y Martes Santo, fueron 44 los pasos que estuvieron acompañados por bandas de música en la pasada Semana Santa. 

Las inclemencias meteorológicas obligaron a recortar las crucetas de las valientes hermandades del lunes. No obstante, tras la recogida de la Virgen de la Aurora las marchas diferentes interpretadas de domingo a domingo superaban las 400, mientras que el número total de interpretaciones (excluyendo himnos) sobrepasaba las 2000. Con tal volumen de datos son muchas las lecturas que pueden hacerse, siendo las siguientes solo una pequeña parte del total de información extraíble, pues no es nuestro cometido abrumar ni extenuar al lector. 

«Hasta 400 marchas distintas sonaron la pasada Semana Santa»

Las marchas más tocadas

Seguro que las escucha varias veces cada Semana Santa tras los palios sevillanos. Puede que piense que se repiten hasta la saciedad, y siempre que sale a la calle en busca de procesiones tiene la certeza de que se acabará topando con ellas. ¿En qué marchas está pensando? Seguro que acierta sin ayuda. Aun así, le dejamos un repaso a las marchas más interpretadas, aunque no creemos que le sorprendan demasiado: 

La medalla de oro y la de plata son para Manuel López Farfán. Entre “Pasan los Campanilleros” y “La Estrella Sublime” acumulan unas cien interpretaciones. Completa el pódium Pedro Braña con su “Coronación de la Macarena”, que solo en la Madrugá sonó 7 veces. 

El resto del “cuadro de honor” lo componen clásicos como “Virgen del Valle” y “Amarguras” (4º y 6º lugar), salpicados con marchas recientes de gran popularidad como son “Como Tú, ninguna” y “Siempre la Esperanza” (5ª y 7ª, respectivamente). Algo más abajo tenemos a Cebrián, Vidriet, Pedro Morales y Manuel Font de Anta, con marchas indispensables como “¡¡Macarena!!”, “Rocío”, “Esperanza Macarena”, “Soleá, dame la mano” y “Virgen de la Paz”, todas con un número de interpretaciones que ronda la treintena. 

Por otro lado, composiciones fácilmente reconocibles y asentadas como “Coronación”, “Virgen de los Negritos”, “La Madrugá”, “Hosanna in Excelsis”, “Hiniesta Coronada”, “Virgen de las Aguas” o “El Corpus” siguen gozando de un excelente estado salud en las crucetas musicales hispalenses.

Seguro que a veces echamos en falta algo más de innovación, marchas nuevas o antiguas rescatadas del ostracismo, pero diferentes, que supongan un nuevo estímulo para nuestros oídos; indagar en las partituras en busca de marchas poco escuchadas y no recurrir siempre al comodín de “La Estrella Sublime” o “Coronación de la Macarena”, pero, por otra parte, también habrá quien piense ¿por qué tocar lo que funciona?

Los autores más presentes

Son más de 150 los compositores cuya música procesional ha sido interpretada en la Semana Santa de 2022. No entraremos a valorar merecimiento o desmerecimiento, sobrevaloración o minusvaloración, pero lo cierto es que la aportación de dos tercios de ellos se resume a cinco o menos interpretaciones. Dato que, por otra parte, es bastante clarificador al respecto de la variedad en cuanto a música procesional se refiere. Si manejamos tales cifras pese a la sobreabundancia de las marchas citadas en el epígrafe anterior, ¿cuántas composiciones de cuántos autores distintos tendrían cabida en los repertorios de existir un mayor “equilibrio” en los mismos?

En la Semana Santa de 2022 sonaron marchas de más de 150 compositores distintos

Como a algunas preguntas nos resulta imposible dar respuesta, continuaremos desglosando a los mayores protagonistas musicales de la Semana Santa pasada.

Para Abel Moreno, no tener ninguna marcha entre las más interpretadas no fue óbice para convertirse en el autor con mayor número de interpretaciones. Superando las 150, sus marchas estuvieron presente en más del 88% de los pasos que fueron acompañados por una banda de música. Su música acompañó incluso a la gran novedad de la semana, sonando la marcha “Descendimiento”, de reciente factura, tras el misterio de la Quinta Angustia en la Avenida. 

Las marchas de Abel Moreno se interpretaron a cerca del 90% de los pasos acompañados por Banda de Música

De cerca le sigue Pedro Morales, quien, por su parte, se convirtió en el autor que aportó un mayor número de marchas diferentes a los repertorios, 25, tres más que el militar onubense. El también castrense Farfán no les pierde la pista; con más de 140 interpretaciones de quince de sus marchas, muy pocas de su autoría se quedaron sin sonar. Completando el selecto grupo de los que superan la centena, aunque algo más lejos, se encuentra Pedro Gámez, aupado por “Pasa la Virgen Macarena” y “Sevilla Cofradiera”. 

Obviando por un momento a los clásicos, podemos destacar a autores contemporáneos de gran pujanza como Jesús J. Espinosa de los Monteros, David Hurtado, Pablo Ojeda o Cristóbal L. Gándara, amén de otros a los que estar plenamente asentados no les supone impedimento para seguir con su producción musical, caso de Manuel Marvizón. 

Por otro lado, sorprende que el número de marchas diferentes de los maestros clásicos que suenan en Sevilla es, en cierto modo, reducido. Aunque sus trayectorias compositivas sean más o menos extensas, la mayoría cuentan con tres o cuatro marchas diferentes que suelen sonar sin parar y son las que les reportan mayor popularidad, pese a que la mayor parte de su música pase por estar poco menos que completamente olvidada. 

Ejemplo de lo anterior podría ser José Albero, del que sonaron sólo siete de sus más de setenta marchas. No obstante, la popularidad de estas siete le da crédito suficiente para situarse entre los más interpretados año tras año. Sirva como ejemplo “Esperanza de Triana Coronada”. 

Este hecho propicia que entre los diez primeros con más marchas diferentes interpretadas se cuelen autores que pueden resultar inesperados como Daniel Albarrán o José León Alapont, con nueve y ocho marchas respectivamente. Siguiendo esta tendencia, hemos de remarcar el meteórico ascenso de Gándara. Este prolífico autor se sitúa en el tercer puesto, igualando a Farfán, con quince composiciones distintas. En su caso, la media nos dice que cada marcha gandariana sonó dos veces, por una media de más de nueve en el caso del sevillano. 

En cuanto a presencia porcentual tras los pasos acompañados por banda de música, fueron dieciséis los autores que sonaron en, al menos, la mitad de los pasos, 22 de 44. Con respecto a los parámetros anteriores, podemos citar como novedades a Braulio Uralde (El Corpus), Pascual Marquina (Procesión de Semana Santa en Sevilla) o Santiago Ramos (Virgen de las Aguas), a quienes una sola marcha les bastó para acompañar a un 57% (en los dos primeros casos) y 50% (en el tercero) de los pasos. 

Ausencias

Son muchas las composiciones que anualmente se quedan fuera de las crucetas pese a que su exclusión no se deba al demérito musical de las mismas. Algunas suelen salir y entrar regularmente de los repertorios y otras viven largos letargos a la espera de ser rescatadas del fondo de algún polvoriento cajón. 

Dentro del primer caso nos encontramos el ejemplo de “Esperanza Macarena”, marcha de corte solemne del valenciano Juan Vicente Mas Quiles que, pese a cumplir su aniversario de brillantes y pese al reciente fallecimiento del autor, fue suprimida este 2022 y no sonó detrás del palio de la Virgen de San Gil. Mismo destino tras la Macarena corrió “Spes Nostra”, marcha ampliamente centenaria del célebre Farfán, que solía interpretase en el tramo más íntimo del recorrido de la Esperanza Macarena y que sí tuvimos la suerte de escuchar en las calles del Arenal tras la Virgen de la Victoria en la tarde del Jueves Santo.

Cruzando el puente, lamentamos la ausencia de, entre otras, “Nuestra Señora de la Esperanza de Triana” de Manuel Pantión y “Soleá de Triana” de David Hurtado tras el palio de la Esperanza de Triana, así como el escaso protagonismo de composiciones notables, caso de “Triana, tu Esperanza” o “Se arrodilla Triana”, en favor de marchas de dudoso gusto y calidad más que cuestionable. Sin abandonar Triana, y nuevamente con Hurtado como protagonista, no son pocas las voces que ruegan que “Después de la Madrugá” tenga su hueco tras la Virgen del Patrocinio. 

Digno de estudio es el caso de Manuel Borrego, injustamente relegado a una relevancia residual en los repertorios sevillanos; con un número de composiciones cercano a la veintena, apenas tres de ellas sonaron la pasada Semana Santa. Obras de indudable calidad como “El Varal de los Dolores”, “Sexto Dolor” o “El Lirio Tronchado” brillaron por su ausencia, amén de otras como “Regina Pacis” o “Salus Infirmorum”, que para muchos deberían ser inamovibles en los repertorios de sus respectivas dolorosas.

También tiene su hueco en el rincón del olvido el jerezano German Álvarez Beigbeder. Para quienes crecimos con las marchas recopiladas en los CDs “Clásico” de la banda del Maestro Tejera se hace extraño comprobar que la célebre “Cristo de la Expiración” no sonó ni una vez en las calles de Sevilla. “Virgen del Rosario” y “Desamparo” fueron las únicas luces que disiparon las tinieblas de la desmemoria.

Aunque las marchas ausentes podrían dar para un artículo aparte, por poner fin a esta sección terminamos mencionado a la gaditana “Ecce Homo” de Eduardo Escobar, o a la cordobesa “Virgen de las Angustias” de Enrique Báez. De igual manera esperamos que en 2023 le llegue el turno a “Saeta a Jesús de la Redención”, reciente estreno del ubetense Cristóbal L. Gándara que la lluvia nos privó de escuchar.

CONTINUARÁ…

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